lunes, 2 de diciembre de 2013

Bajo la funda invisible

Publicado en Lindeiros de diciembre de 2013

Galicia está… ¡en el espacio!. La Universidad de Vigo ha lanzado un segundo satélite que estará dando vueltas alrededor de la Tierra durante dos años, sobre nuestras cabezas, ayudando a formar a nuevos técnicos e investigadores en las tecnologías espaciales y sus aplicaciones. Pero también desde el suelo Galicia contribuye modestamente al avance de la ciencia. Un gallego, el físico vigués Juan Piñeiro, es el responsable de operaciones de un trío de satélites que ha lanzado la Agencia Espacial Europea (ESA) para medir el campo magnético terrestre. La misión europea SWARM permitirá conocerlo en detalle. Esto es importante para todos nosotros. Nos protege de la radiación proveniente del espacio, que seguramente nos mataría, desviándola hacia los polos terrestres. También nos permite orientarnos con una brújula. Además de  muchas aplicaciones tecnológicas.
Satélites de Swarn (FOTO:ESA)


¿Qué es un campo magnético? Probablemente todos hemos tenido un imán en las manos. Sabemos por experiencia que al acercar dos imanes, en algunos casos nos cuesta aproximarlos y tenemos que hacer fuerza para juntarlos, cada vez mayor según están más cerca. Si le damos la vuelta a uno de ellos, ocurre todo lo contrario, se atraen entre ellos y nos cuesta mantenerlos separados. El campo magnético es la medida de esa fuerza. Nos da información acerca de la cantidad como del sentido en que tenemos que ejercerla. Pero no solo los imanes tienen un campo magnético alrededor. También las corrientes eléctricas lo producen. Por ejemplo, la corriente que circula por un cable genera un campo magnético alrededor de este. Una carga eléctrica, como un electrón o un protón, que pasase cerca del cable notaría una fuerza que le haría cambiar de dirección. Esto es lo que hace el campo magnético terrestre, desviando las partículas cargadas eléctricamente que se acercan a la Tierra desde el espacio exterior, fundamentalmente las que componen el viento solar provenientes de nuestro astro rey.
Imagen del campo magnético terrestre según la ESA
Campo magnético terrestre (FOTO:ESA)

La Tierra es, por tanto, como un enorme imán, aunque su campo magnético no es muy intenso. A nivel del suelo, varía entre 0.000025 y 0.000065 Teslas (unidad en la que se mide su intensidad en honor al gran inventor Nikola Tesla). En mi casa está alrededor de 0.000057 Teslas. Podemos compararlo con el generado por el pequeño imán que tengo pegado en la nevera: a unos pocos milímetros de distancia ya es 30 veces más intenso que el terráqueo. Así pues, aunque débil, el campo magnético terrestre forma una funda invisible que nos protege y nos ayuda.